T. Harv Eker es un empresario canadiense que escribió el
best seller “Secretos de una Mente
Millonaria”. En él, a grandes rasgos lo que plantea es una análisis de las
diferencias entre la mentalidad de los ricos y la de los pobres al momento de
encarar los temas financieros. El motivo principal de dichas diferencias radica
fundamentalmente, según el autor, en una serie de patrones incorporados
subconscientemente en unos y otros respecto al dinero y su manejo, que está ligado a la falta de educación financiera en algunos casos y
a costumbre de escuchar desde chicos a los padres hablar mal del dinero o de la
gente que lo ostenta.
Es a partir de ello que se plantean una serie de 17 principios sobre el dinero y las
finanzas personales tendientes a reprogramar y replantear de alguna manera esos
antiguos patrones de percepción de la riqueza, con el objetivo de demostrar que
cada uno tiene el potencial necesario de sobra para alcanzar la libertad financiera, y no sabotearnos a
nosotros mismos en el camino y morir en el intento.
Sin ánimo de un análisis exhaustivo de la obra del autor en
lo que respecta al tema administración del dinero parte de una premisa muy contundente,
y es que Harv Eker encuentra que los
ricos administran bien su dinero, mientras que la gente pobre a menudo lo hace
muy mal, lo que determina en buena medida el éxito y el fracaso financiero
de unos y otros. A su vez, explica que el problema de que los pobres se administren
mal se debe básicamente al hecho de que detestan hacerlo por dos motivos, el
primero radica en que administrar el dinero termina restringiendo su libertad
para hacer uso del mismo, y el segundo se basa en la excusa de tener poco
dinero que administrar. En concreto, lo que el autor propone para subsanar los
motivos que llevan a no hacer un plan adecuado de manejo del dinero es que
independientemente del monto que se maneje, las personas como criaturas de hábitos que somos debemos comenzar
desarrollando las aptitudes para
administrar una cantidad pequeña primero y así desarrollar el hábito para
cuando se manejen cantidades mayores.
En definitiva el plan es así:
·
Abrirse una cuenta bancaria la que llamaremos
Cuenta de Libertad Financiera donde
se colocará el 10% (líquido) de los
ingresos. El objetivo de dicha cuenta será a los efectos de crear ingresos pasivos, es decir, aquellos
ingresos que no necesitan llevar a cabo un esfuerzo físico ni estar presente
para generarlos, como por ejemplo los dividendos que genera una inversión.
·
Crear un fondo donde se deposite de manera
diaria dinero sin importar el monto (la idea es generar el hábito) durante el
mes a los efectos de gastárselo al
final o cuando se quiera en algo que nos haga sentir bien, como una sesión de
masajes y spa, o salir a comer a un buen restaurant. El motivo que alega el
autor para hacer esto es generar un equilibrio
entre ahorro (sacrificio de consumo) y sensación
de bienestar con el hecho de ahorrar con una meta a menor plazo y con ello
obtener una satisfacción más rápida sin menoscabar por ello el ahorro a largo
plazo. Si tomamos los ingresos mensuales habituales estima que el fondo
destinado con este propósito ronda el 10%
también de los ingresos.
·
Apartar en otro fondo (o cuenta) un 10% de los ingresos como ahorro a largo plazo para gastar, esto
puede verse como algo similar a la anterior pero con la diferencia de que al
ser de largo plazo se puede disponer de un capital aparte mayor para efectuar
el gasto. Por ejemplo puede una cuenta destinada a solventar un viaje de vacaciones,
dependiendo lógicamente del importe que se disponga al finalizar el periodo, el
que puede ser de un año o más.
·
Destinar otro 10% en una cuenta destinada a formación.
Capacitarnos forma parte también de nuestro crecimiento y progreso no solo
financiero sino también personal. Llevar a cabo cursos o compra de libros, por
ejemplo también debería ser tenido en cuenta en un buen plan financiero personal.
·
Dejar un 50%
destinado a cubrir necesidades básicas.
Esto lógicamente dependerá del estilo de vida que cada uno tenga, la idea es
tener un parámetro de referencia.
·
Finalmente, destinar otro 10% para donativos.
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