Apalancandote en un mundo de vacas blancas

jueves, 30 de junio de 2016

Incrementa tu productividad implementando la regla de Pareto (80/20)

Olvídate de la administración del tiempo. Al fin y al cabo aquella vieja premisa de que menos es más parece tener evidencia empírica de sobra a través de la ley de economista sociólogo Wilfredo Pareto.

Este controvertido personaje vivió entre 1848 y 1923. Ingeniero de formación comenzó su trayectoria profesional como administrador de minas de carbón, para más tarde suceder a León Walras como catedrático de Economía Política en la Universidad de Lausana, Suiza.

 Partiendo de un análisis mas psicologico de la conducta humana (de la que constató patrones irracionales que no había tenido en cuenta en su pensamiento económico), desarrolló una teoría de las élites que planteaba el carácter inevitable de la desigualdad social y de la dominación de las masas por una minoría selecta.

En su principal obra aparece una ley de distribución de ingresos que más tarde se conocería más popularmente como Ley de Pareto, Distribución de Pareto o en el último tiempo conocida como Principio del 80/20.

Este principio sostenía que el 80% de los resultados provenía del 20% del esfuerzo.
Pareto se dio cuenta ya en su época de que el 80% de la riqueza era producida y estaba en manos del 20% de la población. A su vez notó que esto también se aplicaba a otros ámbitos distintos del económico, aun variando su proporción a 90/10, 95/5, 99/1, pero con un 80/20 siempre como mínimo.

Por ejemplo si nos vamos al terreno de las ventas y el marketing vamos a encontrar con frecuencia de que la amplia mayoría de los ingresos y las venta son generadas por una selecta minoría de grandes clientes, mientras que el resto solamente se avoca a aportar en pequeñas cantidades, lo que redunda en una pérdida de eficiencia al intentar gestionar una cartera de clientes donde alrededor del 80% solamente contribuye a generar un 20% de ventas/ingresos.

Ahora, si logramos concentrar los esfuerzos en gestionar ese 20% y tratar de conseguir más clientes como esos mediante el estudio de su perfil, seguramente me encuentre rápidamente con que estaré facturando más de lo que lo hacía antes, y en un tiempo menor.
Pareto

Si lo llevamos al campo del desarrollo personal vamos a encontrar sorprendentemente un escenario similar donde muchas veces y sin darnos cuenta malgastamos una parte importante de nuestro tiempo en hacer cosas que no nos reportan mucha utilidad al final del día.

Si en lugar de ello fraccionamos (o eliminamos por completo) los momentos en que somos menos productivos y nos concentramos en lo que si nos ayudan realmente a crecer día a día y a cumplir nuestras metas y propósitos nos encontraremos con resultados mucho antes de lo que imaginamos, con un aumento de los mismos del orden de entre un 100% o 500%.

Por tanto, hacer menos puede ser hacer más si racionalizamos el uso de nuestro valioso tiempo y nos concentramos solamente en aquellas cosas que si importan, en ese 20% o 10% que realmente nos acerca a la meta. Esto en al ámbito que sea personal, económico, laboral, etc.

Lo bueno de esto es que resulta de una técnica sencilla que se puede comenzar a utilizarse en cualquier momento. Eso sí, no antes sin haberse trazado un plan de objetivos y metas bien delineadas a alcanzar así como el plazo en se quieran lograr.

Finalmente y a modo de poder auto diagnosticarse y saber si se está trabajando dentro o fuera de ese 20% debería uno encontrarse probablemente dentro de las siguientes situaciones:

Dentro del 20% podemos encontrar que suceden cosas como:

                                 ·         Tu trabajo o actividad te hace sentir bien y te motiva para superarte, o bien sabes que eso contribuirá al logro de tus propósitos.
                                 ·         Realizas tareas las cuales sabes que postergarías de no ser que son tan importantes.
                                 ·         Delegas tareas que no son realmente importantes.

Por fuera de tu 20% más productivo encontraras lo siguiente:

                                  ·         Haces lo que otros quieren que hagas

                                  ·         No utilizas todo tu potencial y conocimiento en lo que haces diariamente

                                  ·         Haces cosas que no te gustan y la haces más por obligación que por tratarse de un propósito de tu vida.



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